viernes, 24 de febrero de 2017

AGALLAS (Y OTROS ATRIBUTOS)

"Sin método, orden, voluntad, esfuerzo y sacrificio 

no son posibles ni el genio ni el triunfo"

Solón


Esta semana he instalado una valla. 

Entra en la tienda de ImmoBan la Señora S. y me comenta que lleva meses intentando vender una casa en Calafell, que lo intentó por su cuenta y el resultado fue gente que la mareaba y que los dos únicos que se interesaron en comprarla no podían hacerlo; uno porque tenía que vender antes y el otro porque necesitaba una hipoteca del 100% más gastos. Claro, normal, la Señora S. no ha oído hablar de eso que los inmobiliarios llamamos precualificación. 

Y continúa contándome. Yo me limito a escuchar con interés. Dice que luego habló con un par de agentes y que éstos le preguntaron cuánto quería por la casa y ella se vino arriba y dijo, 150.000. Y como no le dijeron lo contrario, pues, les dejó unas llaves y firmó un papelito (lo que los inmobiliarios llaman una nota de encargo o una autorización de venta; en fin, un papel que dice poco y compromete menos) y pasaron los meses y no tuvo noticias y se desesperó.

Hasta que esta mañana ha pasado con el coche por la rotonda de la entrada principal de Calafell y ha visto una valla enorme en la que pone: "¿Necesitas vender? Busca un agente inmobiliario con agallas"

Y ha venido disparada a la tienda de ImmoBan.

Cuando me ha dicho esto, me he ilusionado, le he preguntado dónde está su casa y le he soltado un rollo. Su casa no vale 150.000, vale entre 90 y 100.000 y lo sé porque no hago otra cosa que pisar un territorio muy específico y delimitado geográficamente. Y he continuado: para vender una casa tienes que fijar un precio acorde con su valor, tienes que preparar la vivienda, vaciar, limpiar, ordenar,.. luego tienes que hacer unas fotos profesionales, tener un equipo que tenga agentes que trabajan solo con compradores y que manejan bases de datos de compradores potenciales (o sea, tienes que contratar a un agente que tenga fondo de comercio). Además, el agente que contrates tiene que tener acuerdos de cooperación con otros inmobiliarios locales, tiene que hacer acciones de marketing orientadas a buscar el target de clientes a los que les puede encajar esa propiedad y, luego, y no menos importante, tiene que mantenerte informada para ver si la comercialización va muy bien, bien, regular, mal o muy mal, para que de este modo puedas tomar las mejores decisiones para tus intereses.

Cuando he terminado el discursillo, me ha dicho cuándo podía ir a ver su casa. Le he dicho iba esta tarde. He ido. Ha decidido ponerla en venta en 99.000 euros, me ha dado la documentación y las llaves y me ha firmado un encargo en exclusiva.

Al salir por la puerta, antes de despedirme, le he dicho: Gracias por la confianza, Señora S., ahora le voy a poner agallas (y otros atributos) para venderla, porque la valla no nos la venderá :)     

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