viernes, 9 de diciembre de 2016

HISTORIAS COMUNES

"La gente no quiere más información. Están hasta las cejas de información. Lo que quieren es creer, creer en ti, en tus objetivos, en tu éxito, en la historia que les cuentas"


Annette Simmons



La señora J.F. vino el miércoles a ImmoBan y me comentó que quería vender el apartamento de Calafell. Mi primera pregunta, como siempre, fue saber cómo me había conocido. Me dijo que me ve siempre por la calle con gente y que le parece que me muevo. Más que una peonza, pensé. Y entonces ya me interesé por su historia, porque la finca donde está el piso la conozco perfectamente y porque tampoco me interesan demasiado los pisos.

Y me contó su historia. La historia que le llevó a decidir vender el apartamento de Calafell. Como las razones que le obligan a vender son poderosas, enseguida le dije que venderlo era la mejor decisión. Y también le dije lo que vale hoy su vivienda y qué cosas podemos hacer para venderla en las mejores condiciones posibles.

Hasta aquí todo bien. 

Cuando llevábamos un rato charlando, J.F. me confesó que, antes de hablar conmigo, había hablado con la agencia que le vendió el apartamento en su momento y que en esa agencia le preguntaron a qué precio quería ponerlo en venta y, claro, ella se vino arriba y les contestó lo que le gustaría conseguir y, claro, la otra agencia le dijo que era un precio elevado pero que lo podían probar y patatín patatán. 

Como no salió muy convencida vino a hablar con el que se mueve pero, claro, como la diferencia entre mi valoración y el precio que le acepta poner la otra agencia es muy sustancial, la señora J.F. tiene dudas y me propone contratarme a mi pero probando el precio que el otro le acepta y, claro, yo le digo que no, que lo pruebe con la otra agencia y que, si sale bien, chapeau, pero que si ve que pasan un par de meses y no hay movimiento ni recibe información ni se siente cómoda, que me venga a buscar de nuevo y estaré encantado de moverme.

PD: Y añadí una coletilla. No debe escoger al agente que le dice el precio más alto, aunque respeto que le deje probarlo. Y cuidado: algunos agentes preguntan a la gente cuánto quieres por tu casa, aceptan ponerlo en venta por lo que usted decide y luego lo van bajando y bajando aunque la venta se eternice y tanto les da que eso le genere un estrés innecesario a usted; un estrés que hubiera evitado si hubiera fijado un precio adecuado desde el primer momento. Le deseo suerte. Y cuente conmigo si me necesita. 

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