martes, 27 de agosto de 2013

CAMINS.

"Yo sostengo que un hombre debe luchar hasta el final por el precio en el que ha fijado su vida"

Robert Browning
(epitafio en la tumba del explorador británico Ernest Henry Shackleton)
 
 
 
Camino ensimismado y solitario por las montañas y los bosques de Prades, rodeado de ausencia, tratando de imaginar cómo fue la vida de los hombres que usaron estos duros caminos -'camins', en catalán- para desplazarse en otros tiempos. Gente dura (como los marineros de mi pueblo, Calafell), "perros viejos de rostro arrugado y marcado por las tormentas". Durante una semana he dedicado parte de las mañanas a transitar por estas montañas mientras mi familia descansa en la cabaña que hemos alquilado. Un pequeño espacio de madera que tiene todo lo que necesitamos para saborear un aire diferente; un 'mar' diferente, un 'mar' de árboles.
 
 
Mientras subo al Mirador del Pla de la Guàrdia o al Tossal de la Baltasana no puedo olvidar que mi lugar es la playa de Calafell y el Mar Mediterráneo. Ese mar que, a veces ignoro, cuando lo tengo tan cerca y que me viene a la memoria cuando lo pierdo por unos días de vista. Coger un poco de distancia y perspectiva nos ayuda a comprender lo bueno que nos ha dado la vida, lo privilegiados que somos de vivir en un lugar que amamos y que contiene nuestra historia: los seres y los amigos que hemos perdido, los afectos que se quedaron en el camino; las ausencias y las alegrías. Tampoco puedo evitar pensar en mi profesión como agente inmobiliario de ImmoBan. La profesión que he elegido o me ha elegido y en la que pienso constantemente para tratar de entender sus fundamentos y para "afilar la sierra" hasta lograr (un reto, tal vez, imposible) un método de trabajo sencillo y práctico y, sobre todo, útil para las familias y las empresas que quieren comprar o vender una vivienda en la zona de Calafell. Una de mis obsesiones es trabajar cada vez de un modo más sencillo, dejar las florituras -los tiempos no están para retórica- y dominar de forma absoluta lo básico porque, como le oí decir a un profesor americano, "lo avanzado es el dominio de lo básico."
 
 
Seguramente, esos hombres que vivieron en las montañas de Prades o en el mar de Calafell, sobrevivieron  porque lograron dominar el valor del trabajo y de la constancia y el arte de lo básico. Supieron navegar como árboles en el agua o como peces en el bosque, o viceversa.
 
Dejamos Prades. Estuvimos muy bien. Volvemos a Calafell, a ese mar infinito que es un metéfora de la libertad.

miércoles, 14 de agosto de 2013

LIGERO DE EQUIPAJE.

"Entrenarse para ser feliz es entrenarse para vivir, o viceversa"



El lunes cojo dos semanas de vacaciones. Es una de las primeras veces en mi vida que realmente tengo necesidad de desconectar del trabajo por unos días. Creo que es una buena señal. Es señal de que tengo trabajo y de que este año está siendo especialmente intenso porque a la dificultad de los tiempos le estamos haciendo frente con compromiso y constancia. Y el desgaste acumulado lo quiero compensar con un par de semanas de desconexión. No haré nada especial. Como en otras ocasiones, me perderé en una cabaña en las montañas de Prades. Ligero de equipaje: un libro, un bañador, unas zapatillas deportivas y algunas camisetas. 



Ligero de equipaje porque, si me pongo filosófico, diversos estudios científicos han demostrado que las personas son mucho más felices con las experiencias que con los bienes materiales
. El libro que me llevo es El engaño de Ícaro de Seth Godin, en el que escribe con pasión las razones por las que debemos tomarnos nuestro trabajo como un verdadera obra de arte, porque en el modelo económico actual no se recompensa la sumisión sino el atrevimiento, el hacer cosas nuevas. Espero volver en septiembre con algunas ideas atrevidas y tener la valentía de hacerlas. Las zapatillas que me llevo son unas viejas New Balance Minimus. Zapatillas ligeras que producen la sensación de correr descalzo.


Trabajando de agente inmobiliario en Calafell soy feliz, descansando en el monte con los míos también soy feliz. Lo uno lleva a lo otro. Como dijo Benjamin Franklin, "la felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días." 

Hasta pronto :)






























jueves, 1 de agosto de 2013

TODO ES POSIBLE.

El K2 de 8.611 metros es la montaña más cruel e imponente del mundo, un pico majestuoso y despiadado, el ocho mil más bello y difícil. Más de seis mil alpinistas han coronado el Everest, la cima más alta del mundo; apenas trescientos han llegado al K2.


Abdul Karim es el porteador baltí más famoso. Si en lugar de portear cargas por un puñado de rupias se hubiera dedicado a escalar esa misma montaña estaríamos ante un ochomilista de élite. El domingo leí en El País Semanal un reportaje de Sebastián Álvaro sobre la expedición de Al filo de lo imposible al K2 y me impactó una anécdota que escribía sobre el porteador Abdul Karim. Dice lo siguiente: "En 1978, Karim fue al K2 por primera vez, después de ganarse literalmente el puesto a pulso. Cuando se presentó ante el gran Chris Bonington, este le desechó por débil y pequeño. Sin pensárselo dos veces, Karim abrazó al corpulento alpinista británico, le levantó en vilo y echó a correr por el pasillo del hotel con tan peculiar carga. Obvio que Bonington no tuvo más opción que contratarle".

Transcribí la anécdota porque me ha ayudado a darme cuenta que todo es posible, que cuando dices no puedo más aún te queda cuerda para rato; si eres de los que no se rinden con facilidad, claro. Julio ha sido un mes muy intenso en ImmoBan. Hemos firmado muchas escrituras porque se han juntado dos factores determinantes para que nuestros clientes compradores quisieran firmar durante este mes. La llegada del verano y la subida en Catalunya del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales a partir del 1 de agosto. He tenido días de 120 llamadas, sin contar correos electrónicos y mensajes de texto. Múltiples gestiones y nervios para lograr que todos nuestros clientes lograran el objetivo de comprar en julio. En muchos momentos he sentido la necesidad de decir "no puedo más", pero no me rendí y ahora al leer la historia de Abdul Karim me doy cuenta de la satisfacción que produce, en los momentos difíciles, levantar al "mercado" en vilo y salir corriendo hacia delante porque cuando alguien me dice 'eso es imposible', me muero de risa. Todo es posible.


¡Feliz agosto!