sábado, 11 de diciembre de 2010

YA ENCONTRÉ VIVIENDA EN CALAFELL, ¿Y AHORA QUÉ?



Como comprador, esto es lo que pasa en realidad. Al poner su propiedad en el mercado, el propietario ha puesto un precio y otras condiciones. De hecho, se trata de una oferta. En este punto tiene tres alternativas: aceptar la oferta del propietario y firmar un contrato, rechazarlo y no hacer una oferta, o sugerir distintas condiciones y precio haciendo una contraoferta. Si escoge esta última opción, el propietario puede aceptarla, rechazarla o hacer otra contraoferta.
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En el proceso de la compraventa no hay nada más complejo, personal o variable que la negociación entre el vendedor y los compradores. Este es el punto en el que el valor de nuestra experiencia es más evidente porque conocemos la comunidad, hemos visto muchas propiedades en venta, conocemos los valores locales y hemos pasado años negociando transacciones inmobiliarias.

Negociación y Oferta


¡¿Cuánto dice que quiere?!



Oirá a veces que su oferta debe estar un x% por debajo de lo que pide el vendedor o un y% menos de lo que uno está dispuesto a pagar. En realidad, la oferta depende de la ley de la oferta y la demanda: si hay muchos compradores compitiendo por las casas los vendedores tienen muchas posibilidades de conseguir el precio que piden y más. Si la demanda es débil, entonces se suelen dar las ofertas por debajo del precio solicitado. Nosotros estudiaremos las propiedades similares y le ayudaremos a decidir un precio de oferta que permita la negociación.




Negociar ¿aliados o enemigos?


Lo normal será hacer una oferta que nosotros presentaremos al propietario y su representante. El propietario, a su vez, puede aceptar la oferta, rechazarla, o hacer una contraoferta.

Como las contraofertas son frecuentes (cualquier modificación de la oferta puede considerarse un contraoferta) es importante que los compradores estén en estrecho contacto con nosotros durante el proceso de negociación, de manera que podamos revisar rápidamente cualquier modificación que se proponga.

Este proceso de negociación puede ser largo y tedioso o puede ser muy corto. Lo mejor es procurar dejar de lado las emociones, ya que a menudo resultan en pérdida de tiempo y de oportunidades. Muchas operaciones se han estropeado porque un comprador o un vendedor se siente insultado y “no consiente que le menosprecien”. Lo que pudiera haber sido una situación en la que todos ganaran acaba convirtiéndose en una guerra, frecuentemente sobre unos pocos cientos de euros.

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